viernes, 28 de julio de 2017

FOTOFOBIA

Hola guapuras! 

¿Habéis notado en alguna ocasión una sensibilidad especial a la luz solar?, ¿os lloraban los ojos más de lo habitual?, ¿os costaba abrir los ojos? pues he aquí la fotofobia.


La fotofobia es la sensibilidad o intolerancia a la luz brillante, como la del sol o de las lámparas fluorescentes e incandescentes, aunque en los casos extremos se puede llegara no soportar ningún tipo de iluminación.


La fotofobia no es una condición ni una enfermedad, sino un síntoma, por lo que lo fundamental es determinar la causa subyacente que lo provoca. De hecho, la fotofobia puede ser la consecuencia de diferentes condiciones, como una infección o inflamación que irrita los ojos, o enfermedades como una enfermedad vírica o las migrañas. En ocasiones, la fotofobia viene acompañada de otros problemas, como deficiencias en la percepción del color, botulismo, conjuntivitis, queratitis o iritis, entre otras. Entre las causas más comunes de la fotofobia se encuentran las abrasiones corneales, desprendimiento de retina, irritaciones derivadas del uso de lentes de contacto, quemaduras solares, cirugía refractiva, uveítis y el consumo de ciertos medicamentos.



PUEDE APARECER POR UNA INFECCIÓN, ABRASIONES CORNEALES, DESPRENDIMIENTO DE RETINA, IRRITACIONES... 








¿Cómo se manifiesta?

Los síntomas de la fotofobia varían mucho en función de la persona. En algunos casos, la única manifestación es la propia sensibilidad a la luz. Además, un paciente puede sufrir fotofobia un día y no al siguiente, todo en función de cómo evolucione la condición que se encuentra detrás de esa sensibilidad. Entre las manifestaciones de fotofobia destacan la incomodidad, la necesidad de entrecerrar o cerrar los ojos, picor y lagrimeo excesivo.

¿Cómo se trata?

La clave para aliviar las manifestaciones de la fotofobia es abordar la causa subyacente. En la mayoría de los casos, al tratar esa causa, los niveles de sensibilidad a la luz disminuyen y la fotofobia desaparece. En las personas que muestran una sensibilidad natural a la luz, el uso de sombreros y gafas de sol o fotocromáticas, en especial con protección frente a la radiación ultravioleta, o evitar la exposición al sol pueden ser las únicas soluciones. En ocasiones, también se pueden utilizar lentes de contacto cosméticas que imitan el color natural de los ojos. De todos modos, ante cualquier duda, no dudes en consultar con nosotros, somos profesionales de la visión.

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